En 1999 había sido el año de resurgimiento de Joaquín Sabina, gracias a uno de sus discos más alabados, tanto por crítica como por opinión pública. Su anterior álbum intimista y autobiográfico “19 días y 500 noches” (BMG Music Spain),
producido por Alejo Stivel, le había otorgado el galardón con el premio
Ondas al mejor artista español de 1999, y una de las mejores
grabaciones jamás editadas en castellano, gracias no sólo a la
producción y a las letras, sino a los diversos estilos musicales.
Su próximo álbum de estudio, estaba dirigido, realizado, producido y
arreglado por sus fieles músicos de prácticamente toda la carrera
artística: Pancho Varona y Antonio García de Diego. Dos personas que han estado muchos años al lado de Joaquín y han tenido siempre un muy buen vínculo.
Grabado en el 2002 en tres estudios distintos: los estudios Relatores
(Madrid) y El Cortijo (Málaga) por Sergio Véliz y Suso Ramallo y
Sintonía (Madrid) por Juan González y Pablo Medrano asistidos por
Fernando y Jorge. Mezclado en los estudios Sintonía (Madrid) por Juan
González. Masterizado por José Luis Crespo.
Los magníficos músicos con la que se elaboraba y grababa el álbum, era los siguientes:
Antonio Gª de Diego (guitarra acústica, guitarra eléctrica, guitarra
portuguesa, guitarra española, guitarra de 12 cuerdas, teclados,
percusión, programación, piano, armónica y coros); Pancho Varona
(guitarra acústica, guitarra eléctrica, guitarra española, teclados,
bajo, percusión, programación, pandereta y coros); Pedro Barceló –a
quién he tenido el honor de entrevistar- (batería y cajón); Paco
Bastante (bajo); Trevor Morais, Javier Carretero, Simón Echevarría, Suso
Ramallo, Sergio Véliz (también coros), José Luis Crespo y Juan González
(programación); Jim Kashisian (trombón); Juan Aguilar (violín); Víctor
Merlo (contrabajo); Dayán Abad (guitarra española y tres cubano); Luis
Dulzaides (percusión); Olga Román (maravillosa voz a los coros). Y por
supuesto, Joaquín Sabina (guitarra española y armónica)
Los invitados en esta ocasión, eran los siguientes:
Pasión Vega, coros en “La canción más hermosa del mundo”. En
“Lágrimas de plástico azul”, Andreas Prittwitz toca el clarinete y los
coros finales son a cargo de: Jesús Quintero, Sabio de Tarifa, el amigo
desconocido, Daniel Pérez Prada, Daniel Remesal, Tempest, Rodrigo-fra y
los conocidos Pancho Varona y Antonio Gª de Diego. Jimena Coronado, ha
hecho (según se describe) sacarina, coñas y risas en la canción “Ya
Eyaculé”.
Así, en 2002, sale uno de los mejores álbumes de la carrera musical de Joaquín Sabina, titulado: “Dímelo en la calle” (BMG Music / Ariola).
En la portada del álbum y en su interior, prestamos atención a un
interesante reportaje fotográfico realizado por Pablo Pérez-Mínguez
donde observamos a un Sabina convertido en boxeador, en diferentes
estados (posando, en pleno combate…), estéticamente, muy logrado
(maquillaje y peluquería a cargo de Javier Quintanero).
“Dímelo en la calle” tiene conexión con el boxeo más allá de lo
artístico y lo musical. El cantautor Joaquín Sabina, a sus más de
cincuenta años, ha sabido definir su conflicto interior aprovechando el
boxeo, este deporte de combate como metáfora ante la vida. El cantautor
de Úbeda ha sabido interpretar los problemas de la vida, con sus días de
felicidad como de tristeza, los días de fama como de fracaso, los
amores, desamores o la lucha humana y persistente ante la vida.
Musicalmente sigue en la línea intimista y autobiográfica de su
hermano mayor (“19 días y 500 noches” -1999-), dando pie a su segunda
parte, sin embargo es más crudo, más directo, más mordaz, más irónico,
más severo, Joaquín está interpretando uno de sus mejores papeles como
lo hizo el actor Robert De Niro como Jake LaMotta, en “Toro Salvaje”
(Raging Bull, -1980-) una de las mejores películas de Martin Scorsese.
Catorce golpes, catorce ganchos directos descritos por uno de los
mejores cantautores ligados a una poesía de la más exquisita, cumpliendo
la métrica, regalándonos versos lapidarios, todas conectadas (como
explicaba anteriormente) a la filosofía del cuadrilátero:
01.NO PERMITA LA VIRGEN
“No permita la virgen que tengas poder sobre lágrimas, egos
haciendas, cuando labios sin ánima quieran quererte al contado liquida
la tienda”. Así empieza esta hermosa composición, con versos para ser
leídos en voz alta, antes de pisar el ring. La música es cercana a su
admirado Bob Dylan, de manera acústica, con un violín encantador.
02.VÁMONOS PA´L SUR
Es en esta composición donde empieza una tormenta de rock melódica,
con “Vámonos pa´l sur”, Sabina de manera autobiográfica canta con
ironía: “¿qué queréis?, aprendí a malvivir del cuento pintando
autorretratos al portador, si faltan emociones me las invento, la
madrugada no tiene corazón”. Con guiños a aquella composición que
escribió años atrás llamada “Tan joven y tan viejo”, cuando dice: “con
dos o tres carámbanos en las tripas y un billete de ida a ningún lugar,
mi jeta, mi bombín y mi buena pipa me abrieron las ventanas del más
acá”. Sabina avisa en este segundo tema: “no os paséis con la ley dímelo en la calle le dijo qué se yo a ciudadano quién, a falta de sustancia sobran detalles, de la estación de Francia ya sale el tren”.
03.LA CANCIÓN MÁS HERMOSA DEL MUNDO
Es la composición más autobiográfica del álbum y tal vez, una de las
más intimistas y personales del cantautor. “Yo tenía un botón sin ojal,
un gusano de seda, medio par de zapatos de clown y un alma en
almoneda…”. Joaquín detalla pasajes de su juventud: “les presento a mi
abuelo bastardo, a mi esposa soltera, al padrino que me apadrinó en la
legión extranjera…”, o aspectos personales: “¿qué harías tú si Adelita
se fuera con un comisario?” (su madre se llamaba Adela y se casó con un
inspector de policía). Para más adelante confesar: “no sabía que la
primavera duraba un segundo, yo quería escribir la canción más hermosa
del mundo”. Magnífica aportación de Pasión Vega a los coros.
04.COMO UN DOLOR DE MUELAS
Esta es una de las composiciones más atractivas del álbum. Es un tema
escrito parcialmente por el portavoz EZLN y líder del levantamiento
Zapatista en Chiapas (México):
el Subcomandante Marcos y Joaquín Sabina. Pancho Varona tiene la
autoría en la música. La canción es la más corta del disco, pero no por
eso es poco profunda: “ponle al sordo voz y alas al cojo, bendice
nuestro arroz, nuestro minuto, como si no fuéramos cómplices del luto…
del corazón”.
05.69 PUNTO G
Fue el primer sencillo para promocionar el álbum. Tan canalla como de
costumbre, Joaquín se adapta a la perfección a las nuevas tendencias
musicales, canta con algo de pasión libidinosa: “ven a la 69 punto G
cuando te canses de crecer y los sueños tarden en venir, que un Debussy
crepuscular toca en el dial la seguidilla de Buñuel, déjanos jugar
contigo al escondite inglés en la 69 punto G”.
06.PECES DE CIUDAD
Esta composición, fue prestada a la cantante y actriz Ana Belén, para
su álbum del mismo título “Peces de ciudad”, editado en 2001. Un álbum
de once canciones inéditas, compuestas por autores diversos como Carlos
Varela, Víctor Manuel, Fito Páez, Franco De Vita o el propio Joaquín
Sabina. En mi opinión, es una de los temas más bellos.
Para esta ocasión, la canción la hace más suya, más personal, más
particular. Con unas hermosas guitarras acústicas y un maravilloso
piano, Joaquín canta la difícil historia de amor y afectiva de un
corsario: “y cómo huir cuando no quedan islas para naufragar al país
donde los sabios se retiran del agravio de buscar labios que sacan de
quicio, mentiras que ganan juicios tan sumarios que envilecen el cristal
de los acuarios de los peces de ciudad.” Olga Román, haciendo los
coros, está espléndida.
07.EL CAFÉ DE NICANOR
Esta composición tiene una de las letras más divertidas y graciosas
del disco, a ritmo de folk / country. Recordando la anécdota de una
tasca con sagacidad e ingenio, Sabina canta: “Después de pagar dos
rondas (tres, contando la del baño) recuperé, entre la condesa y Julio,
mi escaño de contertulio, mi carné de fundador de la mesa más redonda de
El Café de Nicanor” además de una jocosa experiencia en compañía:
“asociado en sociedad con tales socios, se pueden imaginar que los
amores van mal, la salud ni fu ni fa y no van bien los negocios”.
08.LÁGRIMAS DE PLÁSTICO AZUL
Es otra de mis composiciones favoritas. Joaquín Sabina nos deleita
con versos lapidarios: “el lápiz comisura de tu boca retoca los agravios
del carmín, los proxenetas se colocan con aseo el peluquín y los Romeos
se demoran y las Julietas se desenamoran”. Muy melódica, Joaquín canta:
“lágrimas de plástico azul rodando por la escalera, tribus de los mares
del sur al oeste de la frontera…”
Mencionar, varias colaboraciones de lujo: Andreas Prittwitz al
clarinete y al final del tema, una jerga de coros mantra final, entre
otros, está Jesús Quintero.
09.YO TAMBIÉN SÉ JUGARME LA BOCA
Otra de las composiciones más autobiográficas y al mismo tiempo, más
personales de Joaquín. Con una letra del propio cantautor y la música de
Caco Senante, Joaquín canta: “yo era el último mono, un innoble, mirón
solitario, en las bodas algún pasodoble, de suelto… ni hablar”. Con un
ambiente acústico, Sabina, confiesa a sus más de cincuenta años: “las
mejores promesas son esas que no hay que cumplir” además de citar los
versos más amargos y crueles, aprendidos por la vida: “porque el mundo
es injusto, chaval, pero si me provocan yo también sé jugarme la boca,
yo también se besar”.
10.ARENAS MOVEDIZAS
Para mi, es la más bella del álbum y una de las más hermosas de todo
el repertorio de Joaquín Sabina. “Arenas Movedizas” es musicalmente
cautivadora, seductora… en cuanto a la letra es nostálgica y
melancólica: “cuando el gallo a sueldo de la madrugada, llegó con su
kikirikí, desperté soñando que viajaba desnudo con un maletín”. El piano
tocado por el maestro Antonio Gª de Diego, tiene reminiscencias a la
canción “Imagine” de John Lennon.
11.YA EYACULÉ
A ritmo de bachata y guaguancó, Joaquín Sabina canta una de las
canciones más fogosas y sí, posiblemente la más arriesgada de todo su
repertorio compositivo. El tema habla de los juegos sexuales de la
pareja, de los preparativos amatorios y de los deseos carnales: “no hace
falta permiso para rodar desnudos por el piso, como dos sordomudos, sin
otro paraíso que el que mi lengua invoca a las puertas del cielo de tu
boca”. En la letra, se recitan unos versos del poeta Nicolás Guillén:
“sóngoro, cosongo, songo bé”.
12.CUANDO ME HABLAN DEL DESTINO
Regresamos a las composiciones autobiográficas, tocada a ritmo de
tango, de manera muy acústica. “¿De qué voy a lamentarme? Bulle la
sangre en mis venas, bajo los puentes del Sena de los que pierden el
norte se duerme sin pasaporte y está mal visto llorar”.
Como curiosidad, hay guiños a compañeros suyos de profesión: “Charly no tuvo un detalle ni Fito un ¿qué necesitas?”.
13.CAMAS VACÍAS
Esta composición fue grabada y mezclada en los estudios Relatores
(Madrid) por Sergio Véliz y Suso Ramallo. Es la más acústica posible:
sin batería. Guitarra española, acústica, portuguesa, teclados…
Como si fuera una composición de su admirada Chavela Vargas,
Joaquín canta uno de los desamores más amargos: “yo, en cambio, no he
sabido ir a favor del viento que muerde las esquinas de esta ciudad
impía, pobre aprendiz de brujo que escupe al firmamento desde un hotel
de lujo con dos camas vacías”. Es otro de los temas que se tiene que
prestar mucha atención a la letra, ya que sus versos son impagables:
“como pago al contado, nunca me falta un beso”.
14.SEMOS DIFERENTES - BONUS TRACK
Esta composición forma parte de la banda sonora de la película
“Torrente 2: Misión en Marbella”, escrita y dirigida por Santiago
Segura. Fue grabada y mezclada en los estudios Sintonía (Madrid) por
Pepo Sherman. El tema tuvo una nominación a los Premios Goya de 2002 como Mejor Canción Original y Joaquín Sabina ha tenido a bien, incluirla en el álbum.
Sagaz, mordaz, divertida, irónica… Santiago en la piel de su personaje, canta a dúo:
José Luis Torrente: “Sherlock Holmes se acompleja”
Joaquín Sabina: “Para cortar las orejas hay que tenerlos como Torrente…”
José Luis Torrente: “¡cuadraos!”
El disco “Dímelo en la calle” se han vendido 300.000 ejemplares.
En abril de 2003 se publicaría un nuevo disco doble titulado “Diario
de un peatón”, que integra como primer CD, su exitoso “Dímelo en la
calle” y un segundo CD donde presenta algunos de sus temas recientes,
antiguos que seguían inéditos, maquetas o videoclips. Como anécdota
curiosa, la canción “La canción más hermosa del mundo”, esta vez, sería
interpretada a dúo con Pablo Milanés.
Joaquín Sabina suspendió la gira
programada para promocionar el álbum “Dímelo en la calle” argumentando
problemas en las cuerdas vocales, aunque posteriormente haría público
que su verdadero motivo fue la depresión que sufría. De ahí, surgió
“Alivio de Luto” (2005), pero eso fue otra historia, de uno de los
cantautores y poetas más formidables que tenemos en la escena musical
española, si lo permite la virgen.
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Ahora sí, en exclusiva para Kaosenlared, entrevisto a
uno de los baterías más importantes del panorama musical: Pedro
Barceló. Dejando atrás su etapa allá en 1976 con su grupo Costablanca,
influenciado por el Jazz-Rock, ha trabajado con orquestas, hasta 1990 y
comenzó su andadura como músico de sesión grabando con músicos de la
escena flamenca como Ketama, La Barbería del Sur, Tomatito, Niña
Pastori… además de artistas del pop y el rock como Miguel Ríos, Vargas
Blues Band, Jarabe de Palo, Los Secretos, Jorge Drexler, Fito Páez,
Presuntos Implicados… En la actualidad, compagina su proyecto llamado
“Sweet Wasabi” junto con la gira de Sabina y Serrat.
Pedro Barceló, muchísimas gracias por la cortesía de atender la entrevista.
01.¿Cuando decidió dedicarse a la música y porqué el instrumento de la batería?
-Creo que me sentí atraído por el ritmo desde muy pequeño. Me fijaba
en la batería cuando salían grupos en la televisión. Tocaba en los sofás
de skay de mi casa y siempre andaba golpeando por todos lados haciendo
ritmos y cantándome canciones. Pero nunca había visto una batería en
vivo, hasta que pude verla en las fiestas de mi barrio. Mi padre pidió
permiso y estuve toda la noche arriba del escenario viendo como tocaba
el batería de la orquesta. Me quedé tan impresionado que desde ese
momento mi único sueño fue tocar algún día una batería de verdad. Más
tarde, por circunstancias, pude ser el baterista de esa orquesta y de
esa manera empezó mi andadura en el mundo de la música. En esa época yo
tendría 11 años y nunca pensé que podría llegar a ser un profesional y
ganarme la vida siendo músico. Para mi era más bien un hobby maravilloso
que me hacía feliz. Cuando entré en la universidad ya me lo planteé y
tuve mi crisis correspondiente con mi padre. Se superó y me dedique
completamente a la música como profesión y… hasta ahora.
02.¿Qué recuerda de sus inicios musicales?
-Lo recuerdo como una etapa fantástica, desde los 11
a los 15, más o menos, toqué baile con la orquesta de mi pueblo. Mi
padre me acompañaba y me llevaba en su Seat 600. Lo recuerdo como algo
mágico, para mi suponía jugar con un juego distinto del que mis amigos
podían jugar. Era el juego más loco, el más excitante, el que me dejaba
ser yo mismo con total libertad.
03.Ha estado muy ligado al flamenco, con un registro
totalmente distinto a lo que usted estaba influenciado en sus inicios,
¿qué le ha ofrecido ser batería de una banda de flamenco como podría ser
Ketama o La Barbería del Sur?
-En realidad el hecho de tocar en orquestas me dio
una visión más global del ritmo y de los estilos en la música. Cuando
llegué a Madrid, a los pocos años, conocí a músicos que tocaban con
flamencos. Era una música desconocida para mí que nadie me enseñaba
claramente. Los palos del flamenco no los entendía muy bien, no
conseguía ver los puntos en común con otros estilos. Cuando estuve con
ellos empecé a entender, simplemente tocando. Siempre pensé que en todo
el planeta se tocan los mismos ritmos. Y siempre intenté llegar a esa
esencia. Con la Barbería y más tarde con Ketama, tuve la oportunidad de
llegar a esa esencia y fusionar el flamenco con otras culturas. Por eso
tuvo tanta repercusión el disco “De akí a Ketama” (1995). Nos juntamos
músicos que creíamos en la fusión de culturas y tuvimos la oportunidad
de experimentarlo.
04.¿Cómo se puso en contacto con usted Joaquín Sabina para
colaborar en las baterías de su decimosexto trabajo “Dímelo en la calle”
(2002)? Y ¿Cómo fue ese encuentro?
-Yo empecé a trabajar con Joaquín, antes de ese disco, a finales del
1999. En realidad no me llamó Joaquín, me llamó Pancho diciéndome que
necesitaban batería y si me interesaba tocar con Sabina. Yo estaba
entonces con la Niña Pastori, y luego me puse en contacto con su
manager. Yo conocí a Joaquín en un bolo en Valencia, al poco tiempo de
haber negociado la gira de verano. Por lo tanto cuando fui a verlos en
directo ya se me había contratado aunque no nos habían presentado. Subí
en la prueba de sonido a tocar “Ruido”, creo; invitado por Pancho y
Joaquín, que no me conocía, me dijo: ” Tocas cojonudo, vente esta noche y
te invitamos a tocar si te apetece…”. Pensando que era un percusionista
de Valencia. Pancho le dijo: “¡¡pero si es tu batería, el que has
contratado!!” “¡¡Que gilipollas!!”, contestó. Y me dijo: “pues vente ya a
tocar con nosotros…” Y me apunté a unos cuantos bolos que les faltaban
para acabar esa gira de teatros tan minimalista. Solo iban Pancho,
Antonio, Olga y Joaquín. Yo entré tocando un cajón y poco más. De hecho
me iban diciendo los cortes porque no me sabía las canciones.
05.¿Me podría decir alguna anécdota de grabación de “Dímelo en la calle” (2002)?
-No recuerdo ninguna, porque en estudio se trabaja de otra manera. El
directo siempre da pié a que ocurran cosas inesperadas. Te voy a contar
una anécdota que ocurrió en una de las primeras giras con Joaquín por
Sudamérica. En Buenos Aires, por ejemplo, tuve que salir del escenario
del Gran Rex porque estaba indispuesto. Llegué al final de “Sin Embargo”
y me puse a tocar. Por la noche le pedí disculpas porque lo había
dejado sin batería una canción. Me respondió: “¿Cuando?”… Ese es
Joaquín. Pero, repito, eso ocurre en directo. Por lo menos en ese disco
no pasó nada que recuerde como anécdota, mientras yo grabé…
06.¿Cómo recuerda la gira que hizo en 2007 “Dos Pájaros de un tiro” junto Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina?
-Fue otra experiencia. Las giras de Serrat + Sabina tienen mucho de
Serrat y la energía de Sabina. Conocí a un gran músico que admiro,
Miralles, y me pareció curioso acompañar las canciones de ambos fuera de
los ambientes habituales de cada uno.
07.Fue una de las giras de mayor éxito, ¿me podría decir alguna anécdota de aquella gira?
-Muchas pero no las puedo contar, lo siento, jajaja.
Hay cosas que se viven para recordarlas y contarlas en petit comité, en
una entrevista… mejor no.
08.¿Qué destacaría de Serrat y Sabina?
-Son bien distintos. Serrat es metódico,
controlador, trabajador incansable y Sabina es todo espontaneidad, caos,
carisma, gracia y “arte “, refiriéndome a ese arte de los flamencos,
ese que sale en el escenario y tira para adelante como un torbellino.
Serrat es maestría y control. Pero ambos son necesarios y por eso esta
gira fue un éxito.
09.¿Cómo es trabajar con dos grandes músicos como son Pancho Varona y Antonio García de Diego?
-Son músicos que han aportado mucho a la música de
Sabina. Han conseguido crear un sello entre los tres. Sabina es un genio
y gracias a ellos han desarrollado una maquinaria estupenda para hacer
un montón de buenas canciones.
10.En referencia a sus otras colaboraciones, ¿cómo fue grabar
“Como si fuera la primera vez” (1996) junto a uno de los exponentes del
rock como es Miguel Ríos?
-Miguel es un gran artista que admiré siempre. Ese
disco me permitió girar con él y disfruté mucho acompañándolo. Es un
tipo muy cariñoso y muy profesional. ¡¡Es un grande!!
11.Uno de los álbumes más alabados por la crítica es “Mr.
Hambre” (2000), disco en el que colaboró junto a Juan Perro, ¿cómo fue
estar en ese proyecto y con Santiago Auserón?
-Fue una etapa para mí muy importante
profesionalmente. Grababa mucho y empecé a investigar con sonidos y
recursos que me permitieron dar un paso más dentro de la carrera como
músico de sesión. La batería de este disco se grabo en casa de Santiago,
rodeado de colchones para que el sonido se secara. Hicimos lo que
quisimos y ahí esta el resultado. Santiago es un tipo cultísimo,
extremadamente sensible y cerebral. Nos entendimos muy bien y me hubiera
gustado girar con él. No pudo ser, pero tengo muy buen recuerdo de esa
grabación.
12.En 2005 publicó un libro titulado “Historias de un
batería”, ¿fue una necesidad personal, una terapia musical o un deseo de
dar a conocer una labor casi desconocida? Y ¿Veremos una segunda
entrega?
-Bueno, yo quería plasmar mi experiencia en la
batería sin ejercicios, sin lecciones, únicamente con historias. Así
salió este libro, que desde luego es distinto de lo que todo el mundo
esperaba de un batería. De momento tengo proyectos que me tienen
completamente dedicado y escribir otro libro no es uno de ellos, al
menos de momento.
13.Ha sido escogido varias veces como el mejor batería por la revista “Batería Total”, ¿está reconocida la labor del baterista?
-El mejor no, me eligieron mejor baterista de sesión
los lectores de “Batería total”. Yo no creo mucho en esto de ser el
mejor, nadie es el mejor, pero si me siento bastante querido por la
profesión. Y eso si me satisface.
14.Después de colaborar en el estudio e ir de gira con las bandas más prestigiosas, ¿cómo nació Sweet Wasabi?
-Nació de una manera casual. Yo soy un compositor de
canciones desde siempre pero nunca las mostré. Toco la guitarra y
siempre me gustó inventar melodías. Un día con mi mujer empezamos a
jugar y cantó alguna de esas melodías. Me gustó tanto que le dije de
seguir y nació Sweet Wasabi. La razón de existir de este grupo no es
otra que la de sacar todas las ideas que no puedo desarrollar como
músico de sesión. Hacer realidad la música que me acompañó siempre.
15.¿Cuénteme cómo fue que en 2011 Yamaha Drums Spain sacara la primera caja Signature Pedro Barceló?
-Fue una iniciativa de Javier Ochoa, el manager de Yamaha España,
y José Mena. La verdad es que me sentí muy honrado. Se han vendido casi
todas las unidades y ha estado expuesta en la feria de Frankfurt,
Paris, etc. Me ilusioné con ese proyecto y al final salió una buena
caja.
16.Me podría explicar de manera resumida la esencia de lo que
encontraremos en sus clínics en “It´s Orly music but i like it: Batería
para músicos”.
-Este año tengo pensado hacer otro tipo de clinic,
pero la esencia de mis clinics siempre es la misma: Tocar para la
música, no para satisfacer el ego. Es un trabajo que exige mucho
esfuerzo y creo que es necesario transmitirlo a las nuevas generaciones.
En mi libro digo un frase que lo puede resumir: “Dar mil golpes en un
segundo implica dificultad, dar un golpe que llene mil segundos implica
sabiduría…”
17.¿Quiénes han sido sus músicos de influencia o aprendizaje? ¿Me podría decir un disco de obligada escucha?
-Han sido muchos, desde los Beatles, con Ringo,
hasta Steve Jordan con el trío de John Meyer. Desde John Bonham hasta
Steve Gadd, desde Elvin Jones, Mel Lewis, Max Roach, Papa Jo Jones,
Peter Erskine… hasta etc. Hay demasiados que me influyen y siguen
influyéndome. Escucho bastante a los grandes de las épocas doradas del
jazz, 30, 40, 50, 60, etc. Los clásicos nunca aburren. Por eso decir un
disco no tiene sentido, han sido muchos.
18.¿Qué le depara Pedro Barceló en este 2013?
-Lo mismo que cada año, incertidumbre. Tengo que sacar el 2º disco de
Sweet Wasabi, hacer un par de proyectos baterísticos y tratar de ser lo
más feliz que pueda. La cosa esta mal en el panorama español en
general, y en especial en el sector de la música y de la cultura. Por
eso creo que es el momento de apostar por proyectos personales y llenar
el cuerpo y el alma de motivación y energía. Es el momento de luchar y
de esforzarse por sacar a la luz aquello en lo que uno cree. Así que:
“Crisis… ¿What Crisis?”
Desde kaosenlared le quiero agradecer su aportación a
la música, su compromiso en perfeccionar la batería, su técnica y
transmitirle toda mi admiración a su carrera musical. Reciba un abrazo
muy afectuoso.
-¡Muchas gracias y un saludo! Fortuna y salud!