González era un ángel menos dos alas
González era un santo por lo civil
un dandy con un ojo a la funerala
tan rojo, tan castizo y tan zascandil.
Cuando volvía del extranjero
tan forastero a las dos no era de día
a las seis ya era de noche
pídame un coche fumando espero
y le aplaudían los camareros.