jueves

La mística sabinera en tamaño bar


"Joaquín tuvo sus 9 Luna Park. Y yo mis 3 Terrenales", se despachó Pancho Varona, guitarrista y ladero fundamental de Joaquín Sabina, para ponerle un acento divertido a una comparación para nada odiosa, sino todo lo contrario. Anoche, "Panchito" concluyó el tercero de los recitales que brindó en un bar de Palermo con un público que, enfervorizado, extendió la mística sabinera y disfrutó los clásicos en versión más cercana e intimista.

Si el amor de la Argentina a Joaquín Sabina (y viceversa) se vuelve a veces en una temática reiterativa -aunque no por ello menos cierta- habrá que decir, para profundizar en más detalles y revelar un secreto a voces, que ese vínculo se repite con uno de su mejores escuderos.

El gran coequiper y lugarteniente del cantautor de Úbeda absorbe, procesa y devuelve como nadie ese sentimiento cariñoso a sus propios seguidores (que son muchos, por cierto). Varona anoche se lució con un recital alegre, que regaló más pasión de lo que su garganta disfónica le quería dejar demostrar. Lo acompañaron Jaime Asúa (“el roncanrol de Madrid”, así lo presentó "Panchito"), Mara Barrios (voz sensual y firme), integrantes de la banda tributo La del Pirata Cojo y amigos que poblaron el escenario en tono karaoke.

El recital comenzó con una lenta versión de "Cuando aprieta el frío". Desde el inicio se esparcieron los guiños hacia la ciudad querida: en una de sus estrofas el cambio arrancó aplausos (…“La placita Serrano donde la conocí” en lugar de "La glorieta de Atocha", que menciona la original).

Siguieron “Esta boca es mía” y “Parte meteorológico”, del último disco Vinagre y Rosas, en versión ralentizada. También sonó el hit “Tiramisú de limón” "Esta noche contigo".

En “Ruido”, Varona deslizó un recuerdo: “la canción de la tormenta perfecta”, rememoró. Porque fue la que cerró, sin quererlo, un inolvidable y empapado recital en la Bombonera.

Jaime Asúa, integrante de la banda que acompaña a Sabina de gira, subió a cantar “La canción más hermosa del mundo”. Y se despachó con una de su bodega propia: “Al alba”. También prestó su “lado femenino” en “Peor para el sol”. La frase divirtió a todos. “Ser rubia es una actitud”, sostuvo -pícaro- Asúa.

El encuentro dejó en claro que los bares les sientan bien las canciones del andaluz. Y la solvencia musical de “Panchito” sumada a su eterna simpatía y buena predisposición acrecientan ese cóctel para deleitar.

El show se engalanó con la precisa voz de Mara Barrios que interpretó “Como un dolor de muelas” y una interminable “Y sin embargo”, con su respectiva intro.

Hubo tiempo para el karaoke con invitados. La banda “La del Pirata Cojo” y otros amigos se subieron al escenario. Si hasta el periodista deportivo Gastón Recondo se animó con una versión –más voluntariosa que afinada- de “A la orilla de la Chimenea”.

En el listado de canciones también sonaron “Y si amanece por fin”, “Ganas de...”, “Mentiras piadosas”, “Calle Melancolía” y “Caballos de cartón”. El final de lujo fue con “Princesa”. Por esas horas, era todo celebración. Con la certeza de que el cariño del público argentino se había afincado de pleno en el corazón de Varona. Y Viceversa.

FUENTE: tn.com.ar