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Joaquín Sabina: "Todavía tengo mucho camino por recorrer"

"El miedo, simplemente el miedo fue lo que me ha mantenido alejado de presentarme en Estados Unidos. La verdad es que me muero de miedo. Yo tengo esa imagen mítica de New York, la gran Babel donde han actuado los más grandes artistas a lo largo de la historia. Es un poco intimidante, y más para un niño de provincia, como soy yo.

Sigo interesado en esos países donde se habla nuestro idioma con tantos acentos diferentes. Me dediqué a ellos y no me quedaba tiempo para los países anglosajones, pero ahora que los visito, estoy encantado".

"Encantado" es quizás una de las palabras que mejor describe el momento que vive, pues, de acuerdo con Sabina, el penúltimo tren no quiere decir que está por llegar el último.

En otras palabras, no hay planes de retiro...

"El nombre de la gira es El penúltimo tren justamente porque pueden ser varios; no quiere decir que el siguiente es el último", señaló entre risas.

"Todavía tengo mucho camino por recorrer", aseguró.

Y es que con más de tres décadas de brillante carrera, en estos momentos Joaquín Sabina siente que empieza una nueva etapa, quizás no con los mismos bríos de sus comienzos, pero sí con una mezcla de entusiasmo y madurez, cinismo y optimismo que solo pueden otorgar los años.

"Con esta gira, volver al vértigo de la carretera, los hoteles, los aviones, el público, siento que rejuvenezco. Ojalá dure", expresó.

Además de rejuvenecido, Sabina contó que se siente inspirado por un mundo cada día más caótico, pero que él también ve lleno de belleza y poesía.

"El mundo está en crisis, pero el caos produce ideas, produce poesía; yo me muevo bien en ese caos. Después de la gira, cuando desempaque las maletas, espero vaciarlas de papeles, de historias, de nuevas canciones".

El cantautor dice que este "segundo aire" se lo debe, en gran parte, al leve derrame cerebral que sufrió en 2001 y que, afortunadamente, no tuvo secuelas.

"Bueno, la única secuela es que esa crisis de salud me dejó con la alegría de estar vivo, de despertarme en la mañana y disfrutarlo todo, incluso el caos, porque las dos cosas se retroalimentan. Ahora pienso que sí, hay problemas, pero estoy en el mundo, sigo vivo, sigo activo y trabajando para ayudar a cambiar las cosas".

Después de 30 años de carrera, de observar y de sentir para plasmarlo en sus letras, la filosofía del gran Joaquín Sabina es una interesante oposición de contrarios; esa que se refleja en "Vinagre y Rosas" (2009), el disco que contiene, expresó, su "preocupación por los problemas del mundo, pero también el aroma de lo bello".

Entrevista telefónica-EFE