viernes

Joaquín Sabina en Uruguay

"Montevideo es una ciudad que siempre nos hace sentir excesivamente bienvenidos", dijo el músico, antes de explicar su intención de sacarse "la espina" del año anterior, cuando se le "atravesó un chivito" (típico sandwich uruguayo de carne, huevo, queso, panceta y jamón, entre otras cosas) que le dio "una enorme cagalera". También afirmó que sus aficionados uruguayos "llevan siendo veinte años" su "público soñado".

Reconoció que está en deuda con el país y que le debe una canción, algo que, según dijo, será difícil de cumplir porque "Uruguay se merece la canción más hermosa del mundo".

Aún así, Sabina tuvo tiempo para recitar un poema sobre el país, en el que confesaba su amor y respeto por la cultura uruguaya, sus músicos, el equipo de fútbol de Peñarol y la playa de Pocitos de Montevideo.

Con todo el público ya en el bolsillo, Sabina continuó su recital con otra sarta de clásicos como "Medias negras", "Aves de paso" y "Peor para el sol".

"A veces las canciones escritas con el corazón y no con la calculadora sirven para algo. Esta canción me sirvió para conocer a una costarricense de 91 años, que no es mi novia porque no quiere", dijo al presentar "Por el boulevar de los sueños rotos", tema que le dedicó a Chavela Vargas y uno de los favoritos del público.

La noche siguió con "Llueve sobre mojado" y la presentación de los músicos. Luego vino el turno del Maestro Pancho Varona, quien volvió a dedicarle unas palabras a Ciudad Sabina antes de comenzar "El rocanrol de los idiotas", lo cual nos llena de orgullo y demuestra (una vez más) su sencillez y grandeza."Quiero ser una chica Almodóvar" fue la próxima y estuvo a cargo de la portentosa voz de Marita Barros, volvió a lucirse en la presentación de "Y sin embargo", otra de las favoritas de l@s sabiner@s y público en gral.

"Cerrado por derribo", "Peces de Ciudad", "Una canción para La Magdalena", "Eclipse de mar", "Con la frente marchita", "Todavía una canción de amor" un tema suyo muy roquero que popularizaron Los Rodríguez, que dio paso a la festiva "19 días y 500 noches", uno de los puntos más cálidos del concierto.

"Princesa" sirvió como despedida antes de la tanda de bises, que comenzó con Antonio García de Diego interpretando "Tan joven y tan viejo" y prosiguió con "Noches de boda - Y nos dieron las diez", cerrando con "El caso de la rubia platino" (por Jaime Asúa), "Contigo", "La del pirata cojo" y "Pastillas para no soñar".

FUENTE: ciudad sabina