jueves

Joaquín Sabina "volvemos a América para hacer treinta conciertos más"

- Al final, resulta que leer va a ser un deporte de riesgo.

- En mi caso parece que sí (risas). Me fastidió mucho tener que aplazar el concierto de Bilbao, porque yo estaba orgulloso de no haber dado ni un solo gatillazo musical, y mira por dónde fuimos a cagarla en el tramo final. En todo caso, del vicio de leer no pienso quitarme.

- ¿Conserva algún otro vicio confesable?

- Me he quitado de muchas cosas, pero alguno queda. Ya no cierro los bares, pero sigo bebiendo en casa, donde tengo un gran bar. Llevar una vida saludable me cuesta mucho, pero me cuido a mi manera.

- Debe ser necesario cuidarse para encadenar una gira de más de 80 bolos por una docena de países. Menos mal que estaba cansado de «misas paganas».

- Los grandes conciertos tienen algo de eso, de oficio para la tribu. Comenté que en adelante cantaría en teatros o locales mas pequeños, donde se oyeran los matices. Pero no aseguré de forma rotunda que fuera la última gran gira para no tener que cumplir mi palabra. La verdad es que con todo lo que estamos disfrutando en el vestuario y durante el partido no me atrevo a asegurarlo. Esta gira me está ayudando a mantenerme en forma, cantar cada dos o tres días te obliga a cuidarte.

Nadie me va a jubilar

- Así que le sobran los motivos para seguir actuando en directo.

- Todavía no pienso en la retirada y advierto de que a mí no me va a jubilar nadie, aparte de la salud o mi falta de ganas. De momento las conservo, después del concierto de Bilbao volvemos a América para hacer treinta más.

- La crisis no parece ir con Sabina.

- No es la primera vez que mis discos se venden bien en tiempos de crisis, lo que me da que pensar sobre la naturaleza de mis canciones. Y también me crea un cierto complejo de culpa en unos momentos en los que la gente de mi profesión lo esta pasando mal y está siendo más maltratada que nunca.

- ¿Es consciente de tener fans casi tan acérrimos como los de Dylan?

- Sé que algún"talibaneo" hay, pero no estoy muy al tanto. Soy tan reacio a los cultos, incluso a los míos, que no tengo Facebook, ni cosas de ésas.

- Las críticas tibias de su último disco contrastan con su éxito arrollador.

- Bueno, ya conocemos a la inescrutable crítica de este país. Son una avis muy rara, porque no son muy apreciados en sus medios y tienen que ganarse la vida siendo más listos y poniendo mal a los demás. Con el tiempo he desarrollado una cierta ternura hacia ellos. A mí el disco me gusta, al menos no me da vergüenza escucharlo en un taxi como me ha pasado con algún otro. No diré cuál.

- Sus críticos no son solo musicales. La derecha le ha alineado con los"artistas de la ceja".

- Sí. La caverna mediática, que diría Laporta, nos presentó así a los que participamos en un acto en Madrid en el que casi nadie había sido de"los de la ceja". Luego mis amigos me echaron la bronca a mí por haberlo sido en un momento. Y no me arrepiento, porque pensé que era necesario para parar a la derechona.

- ¿Apoyaría ahora a Zapatero?

- No. Yo lo que he apoyado ahora es una huelga contra una reforma que atenta contra el Estado del bienestar cargando a la clase obrera con los costes de la crisis. Ahora no le votaría, pero no me arrepiento de haberlo hecho. Su primer Gobierno tuvo una buena política social. Sigo pensando que Zapatero es un hombre decente y honrado, que se ha dejado embaucar por la derecha neoliberal y el FMI.

- Parece que le cuesta más componer ahora, que lleva una vida apacible que no se corresponde con sus canciones. Para escribir las de"Vinagre y rosas" tuvo que recurrir a Benjamín Prado.

- Sí. Benjamín, además de amigo, es un gran poeta que me ayudó a dar con las palabras. Estaba pasando un mal trago sentimental, pero el disco le ha traído una novia nueva y se acaba de casar el muy cabrón (risas). Es verdad lo que dices, pero también están los motivos físicos. Ahora no aguanto tanto sin dormir, como cuando buscaba los versos con ayuda de determinadas sustancias. Claro que también se es más lúcido. Antes escribía muchas cagadas pensando que eran obras geniales.

- ¿Se sigue viendo atrapado por su propio personaje?

- Sobre todo cuando veo que se dicen de mí cursiladas como el"cantante canalla" o el"trovador del asfalto" (risas). Pero es una caricatura a la que supongo que he contribuido a pulso, porque la hipocresía antidroga nunca ha ido conmigo.

- Su mano derecha, Pancho Varona, dice que está más a gusto con sus amigos de letras, su famoso Club de Poetas Líricos, que con los de la música.

- Es porque últimamente me refugio más en casa con ellos. El mundo de los músicos es un microclima muy limitado. Sin ser menos golfos y borrachos, la gente de las letras ha pasado por muchas etapas de aprendizaje y tiene la cabeza mucho más ancha.

Fuente: ciudadsabina.com