Joaquín Sabina llegó al 9º Festival de las Almas, donde ofreció un emotivo concierto que tuvo lugar en la Alameda del Bicentenario.
Fue un espectáculo lleno de bohemia, color y poesía, elementos indispensables para viajar en su gira “El penúltimo tren”, que hizo una parada para presentarse dentro de este festival organizado por el Instituto Mexiquense de Cultura (IMC).
Desde temprano la gente hizo fila para ingresar al concierto que cumplió con las expectativas del público, que en ningún momento dejó de cantar cada uno de los temas que el compositor regaló a sus fieles seguidores.
“Estar en México es estar en casa, gracias a la gente que ha llenado esta plaza”..."Cuando se pudra el cielo, cuando silben las balas, sabrás que dejo todo si tú me dices ven, porque sigues contando conmigo por las malas, por más que descarrile mi penúltimo tren”, dijo Sabina.
Con una extensa ovación y un estruendoso aplauso, el cantautor se despidió de Valle de Bravo, dejando un grato sabor de boca en los miles de asistentes y una atmósfera cargada de emotividad.
Fue un espectáculo lleno de bohemia, color y poesía, elementos indispensables para viajar en su gira “El penúltimo tren”, que hizo una parada para presentarse dentro de este festival organizado por el Instituto Mexiquense de Cultura (IMC).
Desde temprano la gente hizo fila para ingresar al concierto que cumplió con las expectativas del público, que en ningún momento dejó de cantar cada uno de los temas que el compositor regaló a sus fieles seguidores.
“Estar en México es estar en casa, gracias a la gente que ha llenado esta plaza”..."Cuando se pudra el cielo, cuando silben las balas, sabrás que dejo todo si tú me dices ven, porque sigues contando conmigo por las malas, por más que descarrile mi penúltimo tren”, dijo Sabina.
Con una extensa ovación y un estruendoso aplauso, el cantautor se despidió de Valle de Bravo, dejando un grato sabor de boca en los miles de asistentes y una atmósfera cargada de emotividad.
